Mi nombre es Mauricio Vásquez.

Junto a un grupo de valientes colaboradores hemos unido esfuerzos para fomentar la paz y la unidad entre las personas, los pueblos y las naciones. Nuestro propósito es sencillo y profundo: sembrar esperanza en un mundo que necesita recordar que la verdadera fuerza está en el amor.

Sabemos que nuestro afán es hermoso, pero también somos conscientes de nuestras limitaciones. No pretendemos cambiar a las personas, ni transformar el mundo entero, ni modificar la forma en que cada uno piensa o siente. Sin embargo, creemos firmemente que podemos influir positivamente a través de nuestras acciones cotidianas y nuestras actitudes amorosas.

Cada día, en nuestras actividades sociales, comerciales y profesionales, buscamos dejar una huella de bondad. Nos esforzamos por irradiar respeto, empatía y solidaridad hacia quienes nos rodean, convencidos de que la paz comienza en lo pequeño: en cada encuentro, en cada palabra, en cada gesto.

Vivimos en un mundo amenazado constantemente por el negativismo, por la indiferencia y por la falta de amor. Muchas personas desconocen que al no amar como Dios nos lo ha pedido, están atentando contra el Plan de Dios, que es, en esencia, Amor.

Por eso, nuestra misión es clara: ser portadores de ese amor, recordando que la paz no se construye en tratados ni discursos, sino en la vida diaria, en la manera en que nos relacionamos y en cómo elegimos ver al otro como hermano.